
Después de un receso algo pronunciado, estoy aquí nuevamente para hablarles un poco de la cuestión industrial del libro pues ya hablamos de las funciones de cada uno de los actores. Ahora la materialización de la idea será el eje conductor de esta entrada.
Smith plantea en su texto la necesidad de saber lo suficiente sobre el proceso de impresión pues es la única manera mediante la cual el editor puede exigir con conocimiento de causa y, de la misma forma, el impresor, idealmente, debe conocer algo acerca del contenido de la obra porque, en caso de tener entre sus manos material de calidad, el impresor tendrá una fuente de ingreso más o menos estable.
El autor establece tres aspectos fundamentales durante el proceso de fabricación: la composición, la impresión y la encuadernación. En lo referente al primer punto, éste se refiere a la forma en cómo se organizan las palabras para después ser plasmadas en el papel y, finalmente, mantener sujetas las hojas en lo que se conoce como encuadernación.
Para la composición existen diferentes alternativas; la primera de ellas es la composición manual la cual, consiste en utilizar tipos de metal para una impresión de manera que, pese a lo grueso del metal, el tipo sufría desgaste con al ser fundido para cada contacto con el papel. Esto ofrecía ventajas primordialmente artesanales porque, al ser realizado por un individuo, el trabajo alcanzaba un grado artesanal difícilmente igualado por la máquina; sin embargo en su contra jugaban la lentitud y la imposibilidad de contar con los tipos necesarios para consumar el libro en un solo intento.
Un proceso similar es el de monotipo pues éste emplea una pieza de metal por cada caracter, se contaba con un teclado capaz de realizar las perforaciones pertinentes en la cinta de papel éstas cintas podían ser reutilizadas en ocasiones posteriores.
Por su parte, el linotipo e intertipo ofrecen la posibilidad de producir líneas completas de letras pero con la limitante de que, cualquier error propiciaba la reelaboración de toda la línea y ello a su vez se traducía en costos mayores.
Una alternativa más es otorgada por la fotocomposición la cuya base era la utilización de película o negativo fotográfico servía de transporte hacia placas para la impresión offset.
El avance más significativo en este tema fue la aparición del sistema desktop publising pues representó la fusión entre las viejas técnicas y las nuevas herramientas obtenidas a través de una computadora. El software permite al usuario acceder a configuración de página y otros aspectos de la composición.
Pasando a la cuestión de las ilustraciones, aunque según el autor no se trata de un aspecto tipográfico, sí representa una parte del proceso de composición. En este rubro, Smith distingue dos formas: dibujos de línea y de tono continuo. La diferencia básica entre ambos recae en que el primero ofrece extremos en la gamma tonal del blanco y el negro; es decir, se compone totalmente negro o enteramente blanco; mientras la de tono continuo permite matizar dentro de esa misma gama.
Cabe destacar que la segunda opción requiere de un tratamiento especial cuyo punto de partida es la utilización de una cámara especial donde la imagen es fotografía y el negativo final, o sea la placa, es dividida en puntos de distintos tamaños o distintas separaciones. La impresión conocida como duotono sucede cuando la imagen es tomada en dos ocasiones, con una variación en cuanto a angulación e impresa en dos ocasiones ya sea en tinta completamente negra o con ésta más la presencia de un segundo color.
Por el contrario, las impresiones a color pueden ser elaboradas de manera continua en dibujos de línea; sin embargo, al intentar imprimir fotos a color es necesario descomponer (por paradójico que se escuche) para realizar cuatro negativos pues la impresión a color utiliza cuatro tintas: cyan, magenta, amarillo y negro.
Este proceso de descomposición es conocido con el nombre de selección del color. Cada placa representará un color el cual será introducido a una cámara para, posteriormente con la ayuda de un scanner imprimirlo de forma conjunta con el fin de que los puntos se entremezclen. Durante el proceso puede omitirse la tinta negra aunque debe afrontarse la consecuencia: una disminución en la calidad del producto.
La siguiente fase es la impresión; ésta puede ser de forma directa con tipos metálicos; en esa modalidad, la tinta se vierte en la elevación de los tipos para que al contacto con el papel, ésta se fije; no obstante, avances posteriores dieron la posibilidad de utilizar placas de metal o plástico que era posible reutilizar en reimpresiones posteriores pero ello tenía como condición inherente los costos de almacenaje en las bodegas. (mediante un proceso muy cuidadoso).
En contraste, la impresión litográfica o planográfica se caracteriza porque se usan placas sin relieves pero con imágenes de letras a las cuales la tinta se adhiere. La impresión offset es una de las formas más avanzadas que presenta el sistema de litografía y su principal atenuante es el espacio pues abarca alrededor de cuatro páginas. El offset otorga la oportunidad de imprimir composición tipográfica e ilustraciones al mismo tiempo.
Al aparecer las fotocopiadoras (con Xérox a la cabeza) se consiguió una reproducción de ejemplares con ediciones agotadas o bien en fases de experimentación aunque ello no exenta del respeto a los derechos de autor.
Para finalizar con este aspecto, el autor expone otras formas de impresión como la serigrafía (no utilizada frecuentemente con los libros) o con prensas que no son sino métodos tradiciones con algunas variantes mínimas.
La encuadernación no implica simplemente colocarse en el otro extremo de la máquina para recibir las hojas ya cortadas porque, al salir de la impresora, el papel está en pliegos; por lo tanto es necesario doblarlo (a mano o con máquina). Una vez dobladas, las hojas deben ordenarse según el acomodo estipulado en la obra, manual o mecánicamente, para después refilarlas y cocerlas mediante encuadernación americana, rustica.
Americana: Tras ser refiladas por los cuatro lados, las hojas se sujetan para aplicarles un pegamento especial. Aunque los resultados iniciales fueron poco alentadores pues el pegamento era susceptible a las condiciones climáticas de cada país, los pegamentos han evolucionado en su resistencia hacia las condiciones del medio.
Rústica: Se refinan únicamente tres lados y se hacen perforaciones en la parte correspondiente al lomo con el fin de prensar el pegamento y ganar en resistencia del producto.
En cuanto al forro y papel; el primero debe ser atractivo sin ser excesivamente costoso; entre más acabado sea, más costo implicará; sin embargo, el brillo o la protección pueden conseguirse con la utilización de material relativamente barato.
La gama de papel que puede utilizarse es inmensa; por tal razón es necesario saber cual papel es adecuado para determinada impresión, pese a no requerir un editor especializado, él debe conocer como mínimo: materiales de fabricación del papel (como la pulpa), peso, opacidad, grosor, color resistencia a rasgaduras y calidad para ser doblado.
Referencia: Smith, Datus C, Guía para la publicación de los libros, Asosiación de Editoriales de Instituciones de Educación Superior de México, México,1991.
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